Lo que sentimos y
deseamos pone sobre el tapete de la conciencia lo que somos. Para que sea
manifiesto a quien quiera mirar, empezando por el propio sujeto sintiente que diría Zubiri.
Y así se facilita la
comprensión, que no es poca cosa conocerse a sí mismo. Y así se favorece la rectificación y mejora
cuando ha lugar.
Y quizá por eso Ortega
dice lo que dice, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«El hombre-masa se siente
perfecto. Un hombre de selección, para sentirse perfecto, necesita ser
especialmente vanidoso, y la creencia en su perfección no está
consustancialmente unida a él, no es ingenua, sino que llega de su vanidad, y
aun para él mismo tiene un carácter ficticio, imaginario y problemático. Por
eso el vanidoso necesita de los demás, busca en ellos la confirmación de la
idea que quiere tener de sí mismo. De suerte que ni aun en este caso morboso,
ni aun «cegado» por la vanidad, consigue el hombre noble sentirse de verdad
completo».
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
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