Estar
vivo significa participar en un movimiento, un proceso hacia sí mismo y la
plenitud, si hemos de fiarnos de Aristóteles. Y así van los seres vivos, desde
la ameba al elefante.
El
hombre también. Eso sí, el hombre lo sabe. Sabe que hay una plenitud que le es
propia y única. Que le está esperando como un ideal. Que necesita de su
decisión para hacerse real. Para hacerlo real. El hombre lo sabe y vive bregando para realizar una
existencia superior. O mira para otro lado y se funde en la masa, que también
podría ser.
Y no es
lo mismo. O algo de esto podría leerse en Ortega, si lo entiendo bien. Y ahí lo
dejo. Por si interesa:
«Vivir es sentirse
fatalmente forzado a ejercitar la libertad, a decidir lo que vamos a ser en
este mundo».
Ortega
y Gasset, La rebelión de las masas.
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