El maestro Orwell mostró
que, aunque se quiera imponer por la fuerza o por el engaño, el igualitarismo
es imposible. Porque siempre ocurre que “unos somos más iguales que otros”.
Hay hasta ministerios de
igualdad, tan orwellianos como el de la verdad o la paz. El buenismo tiene muchas
caras y esta quizá no sea la peor.
Antes de Orwell, algo de
esto dijo Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«Contra la ingenuidad igualitaria es preciso hacer
notar que la jerarquización es el impulso esencial de la socialización».
La rebelión de las masas.
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