Rilke no es el único en
señalar que el hombre no se encuentra cómodo, en su casa, ante el mundo dado,
ante la naturaleza bruta: wir nicht sehr verläßlich zu Haus sind in der gedeuteten Welt.
El hombre necesita
humanizarlo todo, necesita construir su hogar, interpretar el mundo.
En un sentido profundo
que la tradición se encargará de matizar, señala Parménides la gran verdad: lo
mismo es pensar y ser. O, con otros términos, vivimos el mundo que somos
capaces de pensar.
Quizá por eso, si lo
entiendo bien, Ortega dice lo que dice. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«Casi siempre las cosas
humanas comienzan por ser leyendas y sólo más tarde se convierten en realidades»,
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.
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