El dinero es un
medio, un instrumento. Para conseguir algo valioso, que queremos. Desde comida
y cobijo hasta donde nos deje llegar la pirámide de Maslow.
Por eso, gente
fina como Aristóteles señala que quienes dicen que la eudaimonía, la vida
plena, consiste en poseer riquezas, no saben lo que dicen. Porque no saben lo
que quieren.
Y cuando uno no
sabe a dónde se encamina o hacia dónde dirigir sus pasos, todos los vientos le
son contrarios y el poderoso caballero sopla reciamente, que diría Quevedo.
Quizá por eso, si lo
entiendo bien, dice lo que dice Ortega (que también es fino). Es verdad que ni Aristóteles ni Ortega ni Quevedo eran economístas, eso sí.
Ahí lo dejo.
Por si interesa:
«el dinero no manda mas que cuando no hay otro
principio que mande».
La rebelión de las masas.
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