Uno de los rasgos centrales de la modernidad es el ascenso social de las colectividades, muchedumbres agrupaciones o masas.
Si ocurriera que al integrarse en una colectividad el
individuo aportara lo mejor de sí y fuese potenciado por lo mejor de los demás,
la sociedad y los individuos se verían reforzados, mejorados.
Si no fuese
así, la rebelión de las masas puede conducir (a la sociedad y a los individuos)
a un abismo. Algo de esto podría indicar Le Bon cuando señala que «Las
masas no acumulan la inteligencia, sino la necedad;
Dans les foules,
c'est la bêtise et non l'esprit, qui s'accumule», Psychologie des foules.
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