Queremos saber la verdad y queremos tener certeza. Y eso está bien. Pero a veces se olvida la verdad básica de que el hombre es limitado, falible. Conviene, por eso, añadir a la verdad complementos como la prudencia o el respeto.
Es un matiz que no cabe en los movimientos de masas, al
parecer. O algo de esto le entiendo a Le Bon:
«No teniendo duda alguna acerca de que lo que cree es
verdad, o por el contrario, error, y poseyendo, por otra parte, la clara noción
de su fuerza, la masa es tan autoritaria como intolerante
N'ayant aucun
doute sur ce qui est vérité ou erreur et ayant d'autre, part la notion claire
de sa force, la foule est aussi autoritaire qu’intolérante», Psychologie des foules
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