Necesitamos maestros. Especialmente en tiempos de confusión.
Acudí a los clásicos de la literatura con esa precisa intención: aprender de los sabios, comprender nuestro mundo, orientar nuestra vida.
Fruto de todo ello he ido publicando una serie de artículos que ahora recojo en este volumen (el primero fue 22 libros para entender lo que nos pasa) accesible en formato digital y papel en amazon.
Pensamos que nuestros tiempos son
difíciles y nuestra vida está rodeada por la confusión y el riesgo. No sabemos
si otros tiempos fueron peores o más fáciles. Sabemos que estos son los tiempos
y las vidas que nos han tocado.
En nuestra vida y en nuestro tiempo
necesitamos orientación, tenemos que buscar apoyo en quienes tienen mayor capacidad
de discernimiento. Y este es el sentido del presente libro.
He recogido una serie de artículos, con
algún leve retoque, en los que se centra la atención en aspectos relevantes
para la comprensión de lo que nos pasa, de cuáles son las posibilidades de
nuestro tiempo y nuestra vida. Para estar a la altura, para evitar los riesgos
y pelear las batallas que merecen la pena.
Esta obra es el segundo volumen con
idéntico enfoque. La primera, publicada en 2022, llevaba por título 22 libros para entender lo que nos pasa,
mientras que Casandra 1 fue el
subtítulo. Me parece que el simbolismo del mito merece ser promovido a título
general de los sucesivos volúmenes. De ahí el título de Casandra 2 que encabeza la presente obra.
Casandra, hija de los reyes de Troya,
logró captar la atención de Apolo. El dios, sintiéndose poderosamente atraído
por la troyana, le prometió el don de la profecía, de la adivinación certera. Una
vez en posesión del don, Casandra despreció al donante.
No se debe despreciar a nadie. Mucho
menos si es un dios. Apolo llevó mal el desaire. Mantuvo el don (Casandra
seguirá viendo y contando lo que nos depara el futuro) pero añadió una
maldición: nunca nadie la creería.
Cuando Casandra avisó a sus compatriotas
de que no era buena idea introducir en la ciudad aquel caballo, nadie la creyó.
Ya conocemos la historia. La cuenta Homero y en ella se ha inspirado Juan
Antonio Marín para el diseño de la portada.
En los clásicos hay algo de Casandra. Ven
mejor que sus contemporáneos, avisan de los peligros. Y ven, una y otra vez,
cómo la gente no hace lo que está en su mano para evitar los desastres.
Hay quienes desesperan, quienes ven las
desgracias como necesarias e inevitables; da igual que sean terremotos en el
mundo físico o cataclismos en la historia humana. Estos entienden que la
libertad es un mero nombre que no puede cambiar el curso de la vida de los
hombres y los pueblos y, lógicamente, caen en la aflicción y la tristeza.
Hay quienes entienden que, efectivamente,
la derrota se cierne sobre nosotros. Da igual que sea evitable o inevitable:
ocurrirá. Y se apresuran a sumarse al bando del vencedor, se acomodan a los
nuevos tiempos para seguir disfrutando del mayor privilegio posible.
Finalmente hay quienes saben que nada en
la historia humana es inevitable. Ven la derrota próxima, casi ineludible.
Pero, en cualquier caso, entienden que no es digno desertar: podemos perder la
batalla y la guerra, pero no la dignidad. Quizá perdamos, pero habremos
peleado.
Acaba la obra con un índice analítico que permite al lector seleccionar su lectura según conceptos además de según los títulos de las obras abordadas en cada capítulo.
El índice analítico permite, además, caer
en la cuenta de los núcleos en torno a los cuales se ha organizado la lectura.
Quizá uno de los rasgos más universales
de nuestro tiempo es que los vínculos humanos se piensan y se viven como
relaciones de poder y, por tanto, en términos de dominio. Eso es coherente con
el hecho de que el concepto más referenciado es poder.
Siguen muy de cerca conceptos como alegría, modernidad, sabiduría y sufrimiento, así como Dios y sentido de la vida que indican, en mi opinión, presencias y
ausencias notables.
Y es bueno hacernos conscientes del mundo
en el que vivimos y el aire que respiramos: tanto de lo que hay como lo que
echamos en falta.
Podría ocurrir, mal que pese a Casandra,
que en la batalla nos hagamos más fuertes, más dignos y sólo perdamos peso
muerto que nos dificultaba seguir creciendo. Podría ser. Nada es necesario.
En cualquier caso, eso es lo que da
sentido a estas páginas.
Por mí que no quede.
Índice
1. El esclavo de los abalorios
2. Para volver al hogar, primero hay que salir: El Hobbit
3. Un pobre diablo y un pobre hombre sin sombra
4. Gilgamesh: el hombre y los límites
5. Antígona, ¿es posible una vida sin tragedia?
6. Cronin: vivir en La ciudadela
7. Chesterton: Ortodoxia, cordura y alegría
8. Bloy: El arraigo en el Absoluto
9. Calderón
o el sueño de una vida regia
10. Kipling: sueño y realidad del reino
11. Sartre y la desesperanza del primer
discípulo de Cristo
12. La vida en tiempos difíciles: Fabiola
13. Dostoievski o la llamada del abismo
15. Fernán Caballero y el villancico como lugar teológico
16. Nikolái Gógol, Nochebuena en Ucrania
17. Un acercamiento a la paternidad
18. La leyenda del santo bebedor
21. Cojeando por el camino de la eternidad
22. Una mirada sonriente a nuestro mundo
23. Our
town: La vida en tres actos
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