Para referirse a la verdad, los griegos usaban el término aletheia, es decir, des-velamiento. Como
si nuestra mente hubiese velado (u olvidado) o la realidad hubiese ocultado, lo
que las cosas son.
Quizá ni el mundo oculta su ser ni la mente lo olvida.
Quizá, eso sí, hay que escuchar y saber mirar. O algo de esto le entiendo a Pellicer cuando dice que
«los campos
sólo hablan
a los ojos abiertos»,
J.A. Pellicer, Los márgenes de la conciencia, en 22 versos contra la ofensa y la humillación, 58
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