Si en vez de azar y caos hubiese orden y cosmos, entonces habría un plan y un sitio o una función para cada uno en el mundo y la vida.
Si en el hombre hay algo de divino, su mejor posibilidad es conocer, sentir y secundar el plan, acompasar su vida con el latido de la vida y el ritmo de todo.
Algo de esto le entiendo a Hölderlin cuando dice que
«Ser uno con todo es la vida de la deidad, ese es el cielo
del hombre.
Eines zu seyn mit
Allem, das ist Leben der Gottheit, das ist der Himmel des Menschen»,
Hölderlin,
F., Hyperion
oder Der Eremit in Griechenland.
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