Hay quienes piensan que lo público o el Estado es necesario para evitar los abusos de unos sobre otros. En ese sentido, el Estado es necesario; una fuerza coactiva. Nada más y nada menos.
Hay quienes piensan que lo público o el Estado es, también, norma positiva, regla para orientar nuestras vidas. No piensa así Hölderlin, si lo entiendo bien:
«¡Por el cielo!, no sabe cuánto peca el que quiere hacer del Estado una escuela de costumbres;
Beim Himmel! der weiss nicht, was er sündigt, der den Staat zur Sittenschule machen will»,
Hölderlin, F., Hyperion oder Der Eremit in Griechenland, 54.
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