Vivir contento (más aún, vivir entusiasmado) es posible. Eso sí, hay que aprender a mirar.
Algo de esto le entiendo a Hölderlin cuando, hablando de Salamina
dice:
«Se mire a donde se mire, siempre se encuentra una alegría
enterrada, 73.
Wohin man siehet, liegt eine Freude begraben»,
Hölderlin, F., Hyperion oder Der Eremit in Griechenland, 81.
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