Es curioso ver que mucha
gente inteligente y buena es tremendamente ingenua, ciega para ver que algunos
no son tan inteligentes ni tan buenos como ellos. Y esa ingenuidad, a veces,
pasa factura.
Algo de esto, o más,
parece decir Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«A la postre, el engaño resulta ser un humilde
parásito de la ingenuidad.»
Ortega
y Gasset, La rebelión de las masas.
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