miércoles, 12 de julio de 2017

Individuo y grandeza

Un rasgo del mundo en el que vivimos, nos movemos y somos es la aspiración a la independencia, la emancipación, la afirmación de la individualidad como referente de nuestro actuar y vivir. Y está bien. Aunque independencia y emancipación son negativos, está bien. A condición, claro, de que se entienda que se trata de quitar los obstáculos que impidan la plena realización del individuo, que se trata de andar cada uno por el camino de su propia grandeza. Y así la vida tendrá sentido. Porque habremos sido autores de nuestra existencia, habremos escrito con nuestro estilo el libro de nuestra vida. Y será única y admirable.
Quedarse en la negatividad, que también pasa, es truncar la existencia y apostar la vida al juego de la cultura de la queja, que diría Hughes.

Algo de esto le entiendo a Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Como el esnob está vacío de destino propio, como no siente que existe sobre el planeta para hacer algo determinado e incanjeable, es incapaz de entender que hay misiones particulares y especiales mensajes. Por esta razón es hostil al liberalismo, con una hostilidad que se parece a la del sordo hacia la palabra. La libertad ha significado siempre en Europa franquía para ser el que auténticamente somos. Se comprende que aspire a prescindir de ella quien sabe que no tiene auténtico quehacer».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

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