Hay un tiempo para cada
cosa. Tiempo para crecer, para jugar, para disfrutar, para descansar, para
luchar y aprender.
En cada etapa del mundo,
en cada momento de la vida.
Y es un error trabajar en
el tiempo de juego o vivir impulsivamente cuando lo suyo es reflexionar.
Algo de esto le entiendo
a Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«si usted, encima de ser
viejo, y, por lo tanto, de que su vida empieza a ser difícil, ha perdido la
memoria del pasado, no aprovecha usted su experiencia, entonces todo son
desventajas. Pues yo creo que esta es la situación de Europa».
Ortega
y Gasset, La rebelión de las masas.
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