viernes, 15 de septiembre de 2017

Filosofía o elitismo para todos

Si hubiese algo excelente, destinado sólo a una minoría en razón de una elevada vocación que adopta la forma de personalísima elección, no sería de extrañar que fuera patrimonio de unos pocos. Una pequeña, minúscula, porción de la sociedad. Una élite, en otros términos.
Si hubiese algo así e intentara adaptarse a una sociedad de masas, no sería de extrañar que se exigiera que la excelencia fuese patrimonio de todos. Nada de minorías ni exclusivismos. Que se pidiera, en otras palabras, un elitismo para todos.
Y no iría por ahí Ortega, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo, por si interesa:



«La filosofía no necesita ni protección, ni atención, ni simpatía de la masa. Cuida su aspecto de perfecta inutilidad, y con ello se liberta de toda supeditación al hombre medio. Se sabe a sí misma, por esencia, problemática, y abraza alegre su libre destino de Pájaro del Buen Dios, sin pedir a nadie que cuente con ella, ni recomendarse, ni defenderse. Si a alguien, buenamente, le aprovecha para algo, se regocija por simple simpatía humana; pero no vive de ese provecho ajeno, ni lo premedita, ni lo espera. ¿Cómo va a pretender que nadie la tome en serio, si ella comienza por dudar de su propia existencia, si no vive más que en la medida en que se combata a sí misma, en que se desviva a si misma?»


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario