En un sentido importante
vivir se conjuga verdaderamente en presente.
Con un pasado que ya no.
Y con un futuro que todavía no. Pero presente que puede arruinar el pasado o el
futuro, que puede dotarlos de sentido y plenitud.
Por eso la auténtica vida
no puede consistir en dormirse en los laureles. Dice Hegel que Der Geist ist immer unruhig y Agustín
que inquietum est cor nostrum, que el espíritu, la vida, o dicho de otro modo, el corazón anda siempre inquieto. Quizá, a la postre, vida, libertad, riesgo y peligro sean sinónimos. Será por palabras...
Algo de esto le entiendo
a Ortega. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«la vida, individual o
colectiva, personal o histórica, es la única entidad del universo cuya
sustancia es peligro. Se compone de peripecias. Es, rigorosamente hablando, drama».
Ortega
y Gasset, La rebelión de las masas.
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