sábado, 16 de septiembre de 2017

La vida toda y sus partes

La vida se manifiesta de mil modos distintos.
Y hay gentes que se contentan y disfrutan con lo que la realidad pone delante. Que no es poco.
Pero también los hay que sienten anhelos de totalidad; de infinito, incluso. Y, por eso, siempre andan echando de menos lo que falta en cada concreción. Que no es poco.
Más o menos así ve Ortega a los románticos. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«Cuando un buen romántico divisa un edificio, lo primero que sus ojos buscan es, sobre la acrótera o el tejado, el «amarillo jaramago». Él anuncia que, en definitiva, todo es tierra, que dondequiera la selva rebrota».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas

No hay comentarios:

Publicar un comentario