Lograr un patrimonio, consolidar unos bienes, supone esfuerzo. Tarea de una vida.
Si nuestros hijos sólo reciben
el patrimonio e ignoran el esfuerzo no valorarán lo que reciben y no sabrán
incrementarlo ni, quizá, conservarlo.
Y mucho mejor, claro, lo
dice Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«Un mundo sobrado de
posibilidades produce automáticamente graves deformaciones y viciosos tipos de
existencia humana —los que se pueden reunir en la clase general «hombre
heredero» de que el «aristócrata» no es sino un caso particular, y otro el niño
mimado, y otro, mucho más amplio y radical, el hombre-masa de nuestro tiempo—».
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
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